
Te levantas una mañana de domingo, bostezas, miras la hora y te pones en pie. Te diriges al aseo, has bebido demasiado aquarius de naranja por la noche. Vuelves a tu habitación, levantas la persiana, enciendes el PC. Te conectas al Messenger y ves que un amigo tuyo te pasa un enlace. Pinchas en él y descubres que Robert Kubica ha tenido un terrible accidente y es muy posible que pierda una de sus manos. Se habla de un estado de gran gravedad y las noticias no son nada claras.
Vaya palo. En ese momento olvidas el enfado con el que anoche llegaste a casa, y recuerdas lo injusta que puede llegar a ser esta vida. Se te borran tus penas de la cabeza y un nombre empieza a invadir tu cerebro. Robert Kubica lo ocupa todo.
Horas más tarde se conoce que el polaco no perderá finalmente su mano. Aún no se sabe en qué condiciones quedará su movilidad, pero al menos ya sabemos que no lo perderá. Es el primer paso para poder verle de nuevo algún día sobre un Fórmula 1.
En twitter solo haces que ver frases de ánimo de todos sus compañeros de profesión, a los que siempre ves contando cosas sobre su vida, y por desgracia hoy los ves apenados porque saben que cualquiera de ellos podría estar en su situación.
Yo también le mando todo mi apoyo desde el anonimato, porque a pesar de no ser un piloto carismático de cara al público siempre será uno de mis favoritos. Nadie tiene malas palabras para él y no tiene malas palabras para nadie. Es un tipo que cae bien en el paddock y por algo será. Su conducción, simplemente excepcional, sino no estaría donde está.
Aún recuerdo que mal lo pasé en el GP de Canadá de 2007, cuando tuvo el peor accidente de carrera deportiva. Por suerte superó aquella terrible situación, con tan solo una baja en la siguiente carrera, y estoy seguro que de esta también va a salir, porque es un luchador nato y los luchadores nunca se rinde.
Desde aquí todo mi apoyo Campeón. Recupérate pronto, que quiero verte conduciendo el R31 con los Míticos colores Negro y Dorado. ¡Ánimo Robert!
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