martes, 23 de agosto de 2011

Fin de la pesadilla

Han tenido que pasar 371 días. Días de penurias, de impotencias, de lamentos, etc. 53 semanas largas y eternas que parecían que nunca iban a llegar a su fin. Y cuando ya casi había perdido la esperanza de volver a correr con una rodilla completamente sana, sin dolores, sin molestias, se ha obrado el ‘milagro’. El milagro del buen trabajo hecho por una fisioterapeuta y unas zapatillas nuevas adaptadas a mis especiales condiciones de carrera.
La tensión que he podido liberar en los últimos días probándome me ha ayudado hasta tal punto de perder el dolor de estómago que llevaba arrastrándome 5 meses. Qué bueno es correr y cuanto libera poder hacerlo. Tengo que decirlo otra vez, ¡TOMA!
Lo he conseguido, he ganado la batalla a la rodilla y ahora vuelve a estar de mi parte. Y ya me cuidaré yo para que no vuelva a ponerse en mi contra.
Hay veces que crees que la luz al final del túnel se desvanece, pero la luz nunca se desvanece, simplemente la perdemos de vista cuando nos cegamos en encontrarla. Muy a mi desgracia elegí el camino largo para acabar con esta pesadilla, pero por fin ha acabado. Vuelvo a ser corredor, y esta vez con un grado más de experiencia, algo que nunca sobre en la vida.

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