Han pasado ya más de 24 horas desde que sucedió lo que muchos no queríamos que sucediera. Esa serie de circunstancias que han apartado a Fernando Alonso de la conquista de su tercer Mundial (por el momento).
Antes de nada quiero felicitar a Red Bull y Sebastián Vettel por el excepcional campeonato que han realizado. El piloto alemán siempre me ha simpatizado, no lo voy a negar ahora. Y me sigue simpatizando por su gran calidad como piloto, aunque aún le falte algo de saber perder y cometa en pista esas “vetteladas” que casi le dejan sin Mundial.
También quiero felicitar a Mark Webber, que ha hecho un campeonato excepcional en una situación realmente complicada. Todos los españoles sabemos por lo que pasó Fernando en 2007 cuando corría para Mc Laren, por lo que creo que no hace falta añadir nada más para comprender como se sentirá ahora el australiano, con lo cerca que ha estado de cumplir el sueño de su vida y lo lejano que se encontrará ahora ese sueño en su memoria.
Hoy en frio todo se medita mejor que en caliente. Ayer muchas ideas me daban vueltas a la cabeza.
Una de ellas y creo que sin duda la más repetida, la de la mala estrategia que siguió Ferrari durante la carrera. Y no nos engañemos, esta idea no solo me atormentó ayer, sino que hoy se repetía en mi cabeza una y otra vez alternándose con otra que no viene al caso (y que por lo menos era motivo de alegría).
Por supuesto lo más fácil es echar la culpa a la escudería del ‘Cavallino’. Ellos mismos han reconocido que se equivocaron y que Fernando ya no pudo hacer nada cuando salió a pista encontrándose con un Renault con mayor velocidad punta por delante de él.
Así es la Fórmula 1 de hoy en día, para nada comparable a la Fórmula 1 del 2004, en la que Schumacher podía salir último y remontar hasta el primer puesto sin despeinarse. Hoy todo es mucho más complejo y los campeones no tienen esa superioridad tan aplastante porque los coches simplemente no son tan diferentes unos de los otros.
Tampoco es la solución culpar a Vitaly Petrov por no dejarse pasar. El ruso hizo su papel en la carrera, defendía posición en pista y todo hay que decirlo, le salió la carrera de su vida sin cometer ni un solo error. Mala suerte para nosotros que tuviera que ser precisamente esta.
Las circunstancias que han apartado este Mundial de las manos de Fernando han sido muchas, y no sucedieron todos ayer.
¿Ya nadie se acuerda de la malograda clasificación de Malasia en la que Ferrari decidió salir a pista cuando ya diluviaba y el asturiano solo pudo marcar el 19º mejor tiempo, viéndose condenado al día siguiente a hacer una remontada infructuosa truncada con la rotura de motor cuando iba séptimo después de haber realizado 54 giros al circuito sin caja de cambios?
¿Nadie se acuerda tampoco del semáforo que Alonso se saltó en China? ¿Y de los raíles de Mónaco, se acuerda alguien? Sin ir más lejos, ¿Quién no se acuerda de la mala configuración aerodinámica que Fernando eligió en el trazado en Spa?
Estos 4 y el quinto cometido ayer han sido los pecados capitales que tanto la escudería como el piloto han ido sumando a lo largo de la temporada. Cierto que son errores humanos que no se pueden cometer cuando quieres ser Campeón del Mundo.
Pero también podríamos hablar del “accidente” de los Red Bull en Turquía, de las carreras en las que Vettel exprimió su coche hasta el límite de la rotura mecánica, del accidente de Webber en Corea, de esos días en el austruliano no ha conseguido sacarle a su coche el jugo que si le sacó Vettel, y de los graves errores cometidos por Lewis Hamilton en los tres abandonos en cuatro carreras en el momento final de la temporada. Errores que finalmente han privado a Hamilton de estar en la lucha final.
Si queremos hablar de errores humanos, creo que hace falta mencionarlos, todos, ¿no?
Os voy a hablar ahora de un elemento externo a la competición y que por lo tanto, para mí ha sido la pequeña diferencia que no tendría que haber sucedido y que ha separado a Fernando de ser Tricampeón esta temporada.
Ya nadie se acuerda del coche de seguridad que Hamilton se saltó en Valencia y que Alonso respetó ¿verdad? Si Fernando se hubiera saltado ese Safety podría haber acabado tercero como mínimo, y eso ya supondría 11 puntos más para el casillero de Fernando.
Y Silverstone, ¿nadie recuerda ya como le ajustaron las cuentas de Valencia? ¿Nadie recuerda como la ineptitud, por supuesto intencionada de la FIA, la castigo con un paso por boxes que le sacó de la pelea por los puntos?
Tan solo con los que se le robaron en Valencia, ya sería Campeón.
Para los que estén pensando en los 7 puntos que Massa le “regaló” a Alonso en Hockenheim, que sume 11 más los 10-8 puntos que podría haber sumado en Silverstone siendo quinto o sexto en el peor de los casos (sin recibir ninguna sanción claro).
Y este elemento no tiene nada que ver con Ferrari, Mc Laren, Webber o Vettel. Es un elemento externo que lamentablemente ha cambiado el sino del campeonato. Antes de culpar a Ferrari o reflexionar sobre los errores propios y ajenos, recordar la mano negra de la FIA.
Hay que saber valorar las circunstancias en las que ha finalizado el campeonato y valorar lo conseguido. Es cierto que el segundo es el primero de los tontos, no voy a cambiar ese discurso ahora, porque yo siempre quiero ganar, ganar y ganar. De forma que este año nos tendremos que conformar con ser el primero de los tontos.
Pero que a nadie se le olvide la superioridad con la que han corrido los Red Bull durante toda la temporada. Que a nadie se le olvide el medio segundo por vuelta que Fernando le ha sacado al monoplaza cada vez que se han comparado sus tiempos con Felipe Massa.
Un medio segundo que deja el coche tercero o segundo en lugar de séptimo u octavo. Que a nadie se le olvide que muchos daban por perdido este Mundial en el mes de Julio. Y ahí estuvimos ayer, peleando por ganarlo. Esta vez nos toco perder, pero creedme cuando os digo que no tiene porque gustaros.
En un Mundial normal, Vettel hubiera sido campeón a falta de 3 o 4 carreras, con una superioridad aplastante (la que ha tenido el RB5 todo el año). Pero este no ha sido un Mundial normal, Fernando no lo ha permitido. Se ha salido de la norma para colocar al tercer mejor coche de la parrilla en la pelea directa por el Mundial. Y eso también tenemos que valorarlo como se merece.
Fernando es el mejor piloto del Mundo, y eso es algo que me enorgullece como Alonsista.
Que disfrute Vettel de este título, porque el año que viene vamos a volver con más hambre y más ganas que nunca. Y tengan por seguro que su coche no será tan superior y que ganar otra vez no les va a ser nada fácil.
Ahora toca esperar durante 4 meses que se harán larguísimos sin la emoción que ofrece este maravilloso mundo de la Fórmula 1. Hasta entonces, seguir creyendo en la Magía, porque os aseguro que la volveréis a ver.
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