jueves, 19 de mayo de 2011

Felicidades ¡Uruguayo!

Cuando aprecias a alguien intentas estrechar las diferencias que podrían romper ese aprecio y buscas la forma de motivar ese propio aprecio que te une a él todo lo posible, para poder sentir junto con ese alguien todas sus emociones, alegrías y penas, experiencias buenas y malas. O al menos es lo que hago yo con aquellos a los que admiro y o aprecio.
Hoy, uno de mis ídolos, Diego Martín Forlán Corazo cumple 32 años. A buen seguro no será su cumpleaños más feliz. No ha atravesado un final de campaña fácil, con escasos minutos para demostrar su calidad una vez más sobre el terreno de juego. Con rumores sobre los problemas que le alejan de la titularidad y que le colocan más dentro que fuera del club al que ahora pertenece.
Yo como madridista me alegría de que saliera del Atlético, pero de corazón digo que si él lo que quiere es permanecer en el Atlético siento mucho todo lo que le está rodeando en las últimas horas y la apoyaré en su deseo de seguir vistiendo de rojiblanco.
Todo parece indicar que tendré que dejar el equipo al que hizo Campeón de la Europa League la pasada temporada. Un equipo en el que ha hecho historia, y en el que conquistó su Segunda Bota de Oro en la temporada 2008-2009.
Yo lo único que puedo hacer desde la silla de mi escritorio es mostrarle una vez más mi incondicional apoyo, haga lo que haga y decida lo que decida. Desde que llegó al Villarreal, y consiguió ganar aquel pichichi mítico que le arrebató a Samuel Eto’o en la última jornada, me ha enganchado, tanto como persona como futbolista.
Su biografía me ayudó a redescubrir un poco más porqué siento tanto cariño por este “uruguayo” que ahora mismo ni siquiera comparte los colores de su camiseta con la mía. Es un grande del fútbol mundial, como acredita su Balón Oro del Mundial de Sudáfrica, y como todos los delanteros vive del gol, y cuando éste falta, el delantero no puede estar nunca a gusto.
Yo sigo viéndole igual que hace dos años, e igual que aquel 29 de Mayo de 2005 en que conquistó su primera Bota de Oro y convirtió por primera vez al Villarreal en equipo de Liga de Campeones. La única pena que me queda es no puedo vestir su camiseta para demostrarle el cariño que le proceso. Lo siento de verdad pero nunca me pondré una camiseta del Atlético, soy madridista hasta la medula y mi religión me impide sentir cariño por nada relacionado con lo rojiblanco.
Sé que estos momentos son muy duros Diego, pero aquí hay un madridista, que un día se enamoró de esos golazos que marcaba un Uruguayo, y hasta el día de hoy aún no ha conseguido encontrarle ni una sola pega a su estilo de juego y su forma de vida. Gracias por ser como eres y ser quien eres. Para mi eres un héroe más, de esos pocos que decoran mi vida. Créeme cuando digo que tengo pocos, pero los que tengo, lo son hasta el final. Espero que hayas tenido el mejor día de cumpleaños posible, y que el año próximo cuando te felicite los 33 pueda aludir a la conquista de algún otro gran título para tu palmarés. Ojalá lo hicieras vestido de blanco, pero ya sé que eso es utopía imposible de cumplir.
¡Felicidades Uruguayo!

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